jueves, 6 de noviembre de 2008


Sería una real pena, no volver a tocarte otra vez,
Sería una pena no verte en las señas del tacto, del truco y de tu alma
Que alumbra mi calma, y me saca entre buenas y malas de esta p e r d i c i ó n.
El sol y la luna se fundieron sin miedo a tus ojos
Y para encender a esos ojos, el pecado es el que más te ayuda
Le agradezco a mi santo, el de los que no se cree ninguna
Por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies
Como un ciego que busca y encuentra,
Después de perderse hasta e n l o q u e c e r.